05 marzo 2009

"¿A quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos?"

"¿A quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos?"

Esta frase atribuida a Groucho Marx no es tan cómica como puede parecer a primera vista, por seguir con el tema visual.

Los ojos, nos proporcionan gran parte de la información que recibimos sobre nuestro entorno. Pero estos sólo realizan la tarea de captar determinadas radiaciones electromagnéticas, las que tienen una longitud de onda comprendida dentro de lo que llamamos "espectro visible" (desde 400 a 700 nm), siendo nuestro cerebro el encargado de interpretar la información recibida.
Pues bien, es en este punto donde la cosa se complica, ya que nuestro cerebro, además de interpretar correctamente esta información, puede gastarnos en ocasiones alguna broma involuntariamente. Veamos algunos ejemplos:

Puede hacernos pensar que vemos lo que no existe, como es el caso de la falsa perspectiva que se usa en los trampantojos, o la base para la compresión de imágenes jpeg (o vídeo mpeg).



En ocasiones nos va a deformar la realidad que percibimos, situación que se usa para crear numerosos efectos ópticos más o menos curiosos.


Líneas paralelas y horizontales

Igualmente, puede que el cerebro simplemente, pase por alto cosas de las que ha recibido información, como sucede en el caso del experimento de las cartas que cambian de color, o la conocido prueba de atención visual de Daniel J. Simons.




Nota: Aquí podemos ver un artículo de Microsiervos.com relacionado con el tema.

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