07 septiembre 2012

El Gato que comía Chochines

Este cuento, trata de un farero amante de los pájaros. Este farero pasabas horas observándolos desde su faro al tiempo que éstos le hacían compañía en su solitaria profesión.


Un día, este farero fue trasladado a una pequeña isla de Nueva Zelanda, por lo que decidió llevar a un animal, pero un animal que fuera independiente como él. De este modo, decidió llevar un gato para tener algo de compañía extra.


Estando un día en aquella pequeña isla, el farero descubrió en la puerta de su faro un pájaro muerto, a lo que no hizo demasiado caso. Al siguiente día, el farero, volvió a salir del faro y volvió a encontrar otro pájaro muerto en la puerta, cosa que ya no le pareció normal. Este hecho, fue repitiéndose día tras día, lo que tenía al farero muy intrigado, decidiéndose a averiguar cuál era la causa de que esos pájaros aparecieran todos los días muertos en su puerta.

Tras unos días vigilando tanto la puerta de su faro como la mar, descubrió que su pequeño compañero traía un pájaro recién cazado en la boca y lo dejaba a la puerta del faro, tal y como había encontrado a los demás pájaros.

El farero, bajo las escaleras de caracol del faro para salir a la puerta y retirar el pájaro como los días anteriores mientras pensaba que su emocionante investigación había concluido con relativa rapidez y que su vida volvería a la normalidad. Nada más lejos de la realidad, porque cuando el farero decidió prestar un poco más de atención al pájaro que tenía en la puerta de su faro, se dio cuenta de que no era una especie que le fuera conocida, por lo que decidió diseccionarlo, embalsamarlo y enviárselo a unos colegas ortnitólogos para que lo estudiaran.


Cuando el farero conoció la respuesta al estudio de su pájaro, no podía creerlo, se trataba de una especie no conocida de aspecto muy parecido al Chochín Europeo.


Por este motivo, el farero amante de las aves y con ayuda de su amigo cazador, pudo descubrir una nueva especie de pájaro y darle su nombre.


Moreleja: Para cazar chochínes, no hace falta ser un lince !


Este cuento del farero que, con un oficio rutinario y solitario, se hizo famoso, puede dejar de ser un cuento y pasar a ser real con sólo algunos datos más:


  • Una isla... La Isla de Stephens (Nueva Zelanda)
  • Una fecha... La última década del siglo XIX
  • Un nombre para el farero... D. Lyall
  • Un nombre para el gato... Tibbles
  • Un ornitólogo... Sir Walter Lawry Buller
  • Un nombre para el pájaro... Xenicus Lyalli o Chochín de la Isla de Stephens

24 septiembre 2010

Seabird, el móvil ideal de Mozilla

Un proyecto de Mozilla Labs por medio de su novedosa "Concept Series"sobre lo que sería su teléfono móvil ideal. Incluyen una serie de detalles que no pasarán por alto los actuales fabricantes de teléfonos móviles.

26 febrero 2010

El "DNI" de los huevos

Desde el año 2004, se exige que los huevos lleven un "dni", código que identifique su procedencia y la forma de cría de la gallina que lo ha puesto.

Como ejemplo, podemos decir que el primer dígito de todos, nos indica la forma de cría de la gallina que lo ha puesto, siendo admitidos los siguientes:


0- Gallinas de producción ecológica. Con una libertad de movimiento similar a la gallina campera pero con menor densidad de ocupación de gallinero y terreno al aire libre. Su alimentación ha de proceder de la agricultura ecológica en un 80% como mínimo y se ha de restringir el uso de antibióticos y otros medicamentos.

1- Gallinas camperas. Cuando las gallinas se crían en naves, pero con posibilidad de salir al aire libre, lo que se aproxima bastante a su hábitat natural. No hay un control en la alimentación y existe el peligro de transmisión de enfermedades y ataques de predadores.

2- Criadas en suelo. Sin acceso al exterior pero se pueden mover libremente por la nave en la que se encuentran, aunque dicha nave esté densamente poblada. Existe un mayor control del estado de las gallinas y las condiciones ambientales de la nave.

3- Criadas en batería o jaulas. Un sistema que permite producir más huevos y disponer de mayores controles ganaderos y sanitarios a costa de una capacidad de movimiento limitada del ave.


03 noviembre 2009

Una publicidad que mosquea

La editorial alemana Eichborn, cuyo logo es una mosca, utilizó en la pasada Feria del Libro de Frankfurt una publicidad que no pasó desapercibida.

La idea consistía en atar unos pequeños "cartelitos" publicitarios a 200 moscas que, porteriormente, soltaron dentro del recinto para que fueran posándose donde mejor les pareciera, llamando la atención de todos los visitantes que acudieron al evento.